En la mayoría de las ocasiones utilizamos indistintamente la palabra fresa para referirnos también al fresón, pero son muy distintos. Ambos pertenecen a la familia de las rosáceas y al género de las fragarias pero la fresa (fragaría vesca) es una especie silvestre que desde siempre ha crecido espontáneamente en los bosques europeos y que posteriormente se ha cultivado en huertas y jardines. El fresón es un híbrido desarrollado por los botánicos en el siglo XVIII por medio del cruce de varias especies. La fresa es muy pequeña, además es diploide, tiene un genoma más sencillo que el fresón (octoploide). La fresa puede reproducirse por semillas o esquejes mientras que en el caso del fresón es necesario comprar las plantas.